martes, 29 de marzo de 2011

The Origin of Love


Durante el fin de semana, estrenaron en México la nueva película de Gustavo Loza: La otra familia; y debido a que mi ojo chungo no quiso colaborar para una vida social de antros,  bares y socialité, opté por ir al cine en plan relax con el Arquitecto y Choo, una de mis mejores  amigas de Monterrey, casi igual de adicta a los zapatos que yo.
La Otra Familia, es un filme que retrata la historia de Jean Paul (Jorge “Delicioso” Salinas) y Chema (Luis Roberto “Papi” Guzman) una pareja sodomita con una relación consolidada de 10 años, que por circunstancias de la vida, se ven forzados a hacer crecer  su pequeño núcleo familiar para darle cabida a Hendricks (¡tocayo!) un hermoso niño de apenas 7 años, cuya vida es algo así como la de Precious pero para no ser tan drámaticos, este niño es caucásico y no come KFC como si no hubiera un mañana.
Lo interesante de esta película, es que tiene un comienzo que retrata tal cual los clichés típicos de la sociedad bien gay mexicana o en cualquier país de grandes contrastes sociales: una pareja de hermosos hombres homosexuales, que viven rodeados de lujo en la versión real de la casa de Ken, con autos de lujo, fiestas divertidísimas, servicio doméstico 24 horas y los imprescindibles cocktails con amigos y una que otra lesbiana chic.
 Lo impresionante es que al pasar las escenas, nos van desnudando esta “realidad”, para ubicarnos que por más LeCorbusier y Mies Van der Rohe que haya en su casa, los protagonistas no dejan de vivir en un país que aunque es la décima potencia mundial en PIB, no deja de ser una sociedad bastante moralista e hipócrita y que como guinda en el pastel atraviesa una de sus mayores crisis sociales con el narcotráfico; y que la realidad de Ricky Martin y sus dos hijos de vientre alquilado, por mas Hola en el que salgan, no dejan de ser otra cosa más que una quimera para alguien normal en México.
Es doloroso darnos cuenta como los protagonistas de la película sufren un verdadero calvario con tal de mantener su pequeña familia “diferente” ante la marejada de críticas, burlas, clichés, insultos e infamias que les rodean. Demostrándonos que por más que creamos haber avanzado muchísimo en los derechos homosexuales, hoy todavía, somos incapaces de adoptar  a un hijo en México, aún cuando la realidad de nuestro país nos indica que hay más de 1.500.000 niños huérfanos (UNICEF) con la fuerte necesidad de un hogar, cariño y recursos para crecer y desarrollarse.
La Otra Familia, tiene el acierto en pleno 2011, de mostrarnos que un mismo tema, como es la posibilidad de criar hijos por una pareja homosexual, puede tener infinidad de opiniones, al igual que mentes el mundo. Pero que hoy en día, todos estos puntos de vista son válidos, siempre y cuando respeten la libertad, no el libertinaje, de las personas que nos rodean; ya que cualquier persona en sus capacidades mentales,  amor,  paciencia y lo más importante, disposición a hacerlo, puede educar a una criatura exitosamente. Realmente me siento orgulloso, que en México se estén produciendo este tipo de películas, que al levantar polémica  obligan a la gente a pensar y razonar si sus argumentos personales son válidos o sustentables acerca de un tema tan antiguo y a la vez tan moderno como la homosexualidad.
Finalmente,  debo confesar que al final de la película; en una de las escenas más fuertes del filme, en el cual los protagonistas están en la cocina de su maravillosa casa y se dan cuenta que mas allá de todo, se tienen a ellos mismos; más que nunca añoré esos cinco años y medio con el Arquitecto, y la felicidad de saber que ante la peor adversidad, el amor entre dos personas, sean hombres o mujeres o cualquier permutación posible: Supera cualquier obstáculo.
¡Feliz Mid Week!

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