jueves, 3 de marzo de 2011

Tres no se me hace legal, yo soy moderna pero no estoy trastornada


Must Soundtrack: Yuri - Poligamia

Luego de un cansado viaje de 10 horas desde Sao Paolo a la ciudad de México, seguido por un arduo día de trabajo, ¿qué mejor plan puede haber, que un late lunch con  amigos de la universidad?.
Lo divertido de este tipo de re-encuentros en el mundo gay, a diferencia del hetero; es que lejos de hablar melancólicamente sobre la lejana vida universitaria y lo bien que era estar de fiesta todos los dias y viajando por el mundo; la mayoría de los amigos gays siguen manteniendo un divertidísimo ritmo de vida, ya que por la ausencia de niños (hasta la fecha) así como las ansias de perfeccionismo profesional,  las vidas siguen estando llenas de intensos viajes, fiestas, romances y bastante moda.
Al avance de los platos y el reloj, la plática pasó del protocolario update de familia, trabajo y relaciones sentimentales, para derivar en una decadente pero deliciosa charla sobre nuestras experiencias en pareja, muy ad hoc a mi sonado divorcio después de más de 5 años con un galán o a la nueva relación de uno de mis amigos presentes en el lunch.
Sin afán de tratar de reproducir la maravillosa charla, solo resumiré que al momento de hablar lo difícil que es encontrar a UN hombre con el cual nos entendamos, nos respetemos, aguante nuestras locuras e incongruencias y aparte de que tengamos ganas de mantenerlo a lado aún luego del orgasmo;  uno de mis amigos presentes, sentenció  que éramos unos exagerados, ya que es imposible que sea tan difícil encontrar UNA compatibilidad, si el ya había encontrado DOS y a la vez.
Fue así como nos reveló, con el mismo tono que si pidiera otra coca light,  que hace algunos años, mantuvo una maravillosa relación de tres. Para un gay hecho en México, esta revelación fue como abrir la caja de pandora de la curiosidad, y antes de lo que Alaska se cae y rebota en un escenario, ya me hallaba preguntado cosas tan básicas como: ¿Cómo se manejan los celos cuando estás mas con uno que con otro? ¿Cómo dormían tres hombres grandes en una cama? ¿Cómo se toman las decisiones? Entre otras miles de preguntas que llenaron la mesa y que darían para escribir una enciclopedia.
La mayoría de las preguntas nacieron básicamente por el conflicto inherente que tiene el sintonizar a tres seres humanos con sentimientos (y vaya que los gays somos intensos y con harto sentimiento) en una relación en la cual cualquiera de los integrantes puede sentirse desplazado al haber una aproximación entre los otros dos de la relación.   Debo de confesar que en ese entonces, tuvimos una larga charla sobre como “lidiar” con este concepto, tanto en el día a día, como en la cama y hasta en las salidas de fin de semana.
Independientemente de los detalles logísticos sobre los materiales de la NASA que debían de haber sido usados para la cama de esa pareja de tres, ya que  el amigo en cuestión es de gustos osunos, y el en si mismo es Bree Van de Bear por ser la versión mas pija de un oso;  me quedé muchísimo con una de las explicaciones más reveladoras que mi amigo nos dio: “En mi relación de tres, yo tenía una relación de amor única y especial con cada uno de los integrantes, lejos de pretender tratarlos y amarlos de la misma forma”. 
Fue así como caí en la cuenta, y aún cuando posiblemente algún lector me catalogue de libertino,  me empecé a preguntar, que si hace algunos  años, fui capaz de romper el esquema mental de matrimonio heterosexual, para aceptarme y darme cuenta que amar a un hombre era igual de válido y correcto, ¿quién soy yo para criticar a tres personas que buscan el amor juntos?
Creo que cada uno es autor de su propio destino, y las decisiones que tomamos sobre nuestra vida y nuestras relaciones son propias y basadas en nuestros fundamentos; es así como aunque Yuri, diva ochentera mexicana cantaba a gritos en la modernisima canción Poligamia que a ella: TRES no se le hacían legal (en el must sountrack de este post) hoy en día, me doy cuenta que en esta vida, hay que dejarnos de cuestionar el cómo vivimos, y empezar a ejecutar el porqué vivimos: ¿la respuesta? Pues que vivimos por amor, en cualquier forma que lo encontremos.
Así que si están por ahí, chicos de mi vida amorosa futura, sepan que a mí, dejando atrás mis prejuicios religiosos y pseudo-moralistas, si se me hace legal.
Feliz  y poligámico fin de semana.

PD. Desde niños hemos estado expuestos a relaciones poligámicas sin saberlo; como Blancanieves con sus SIETE enanos (golosa!) o Ricitos con sus tres ositos (aparte chaser la rubia!).

1 comentario:

  1. Difícil de entender y difícil de creer.
    A pesar de que creo que cada quien es diferente en la forma de amar, y lo respeto. Creo que es imposible amar de la misma forma a dos personas, y peor, llevar a buen puerto, no un trío, sino tres relaciones en una.
    Yo que me considero monógamo, entiendo que la relación es cosa de dos donde el amor se genera y define entre dos personas. Todo el que venga de fuera puede formar parte de la vida de un miembro de la pareja, pero no de los dos (exceptuando el sexo)

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