viernes, 29 de abril de 2011

Cause I`m a gipsy... Are you coming with me?


Este lunes, aún con viajes programados, quise empezarla tratando de volver a la normalidad de mi rutina madrileña durante la semana:  trabajo intenso en la oficina de Madrid, salir a correr mis relajantes 10 km en la tarde y por último, quedar con amigos para tomar algo en una de las terrazas de Vázquez de Mella y hacer más agradable el san lunes.  Luego de pasar un rato excelente con los habituales, disfrutando las primeras,  aún algo gélidas tardes de terraza, platicando de todo y nada a la vez, así como lanzar un nuevo proyecto de juego de mesa para el mercado rosa que le daría en la torre al Monopoly; llego el momento de marchar a casa para reposar el sueño de belleza.
Rumbo a casa, y como a veces es la vida, decidí conectarme a Whatsapp, y casualmente, un chico con el que llevaba varios días hablando por Grindr, pero que por nuestras imposibles agendas no habíamos podido quedar, se conectaba a la misma aplicación mientras paseaba por Chueca; por lo que obviamente quedamos de tomarnos un vinito en El Mercado de la Reina, para al fin poner cara y voz a tantas palabras escritas a través del iPad.
Podría contar a detalle las mil y una cosas sobre la plática, pero sería renunciar a una intimidad de un vínculo que se trazó con apenas un saludo y dos besos;  pero creo que en esencia, fue como conocer mi persona en un futuro, si decido seguir el rumbo de vida de gitano que he marcado desde hace ya casi un año. El chico en cuestión, con algunas primaveras más en su haber que mi persona, es consultor para aerolíneas, optimizando procesos; por lo que unas mañanas amanece en Dominicana, otras en Miami, algunas en mi amado México, otras en Mallorca de donde viven sus padres  y finalmente y muy contadas algunas en Madrid a apenas unas cuadras de donde está mi piso.
Entre algunas copas de más de vino blanco, nos contamos a grandes rasgos nuestras vidas,  los pilares de nuestra educación, nuestros fantasmas y tantas cosas que me permitieron tener la confianza de preguntarle al Viajero una pregunta que a mi me ha asustado debido a mis últimos meses sin dejar ancla en ningún lado: ¿Cómo manejas la soledad?.
La respuesta me impresionó, ya que aunque El Viajero lleva los últimos 15 años viviendo en más de 5 países, me contó que si que ha tenido parejas y duraderas, que aceptan su naturaleza y lo esperan pacientemente o lo acompañan por el mundo en sus aventuras. Debo confesar que su respuesta me tranquilizó e hizo que al fin respirara profundo luego de haber pasado una especie de “catarsis” sobre el amor después de mi gran amor con el Arquitecto y mis posibilidades de conocer al fin a alguien nuevamente.
La plática continuó sobre viajes, experiencias, adicción a la Coca Cola Light, las gracias de los accesorios de Gucci, y como si fuera 2000 años antras, la transformación del agua en vino, Los vinos blancos  se transformaron  en Gin Tonics y la locación cambió al milenario bar Del Diego en Chueca, en donde El Viajero resultó ser un VIP y pasamos un rato más que agradable.
Justo cuando caía en cuenta lo mucho que disfrutaba la plática, y la guapa presencia del chico, caímos en cuenta que era un LUNES, nosotros teníamos mas alcohol que sangre en las venas, y yo al día siguiente tenía reuniones para el proyecto de Italia, que planear agenda para Milan y el tenía que tomar vuelo a Barcelona; por lo que caminamos a casa tonteando, con algunos besos robados y con el ansia que te da el saber que has encontrado a alguien a quien quieres conocer más, pero que sabes que será casi imposible.
¿Y porqué imposible? Porque hasta una semana después no podremos vernos por sus viajes y mis viajes, porque planea mudarse a un neuvo proyecto de aerolínea a Grecia y porque un Gay hecho en México está planeando un arrebatadora incursión al mundo empresarial con un deslumbrante proyecto de belleza en el DF. Aún así tengo estos últimos días la sonrisa tonta de alguien que espera un mensajito y se le revuelve el mensaje al recibirlo, que espera con ansia la llamada nocturna para contarse las agendas.
Con miedo puedo decirte que parece que El Viajero parece la respuesta a muchas de mis preguntas, pero no se si será la solución a muchos de mis problemas; pero estoy dispuesto a arriesgarme para descubrirlo, aunque luego duela.
Feliz Fin de Semana

martes, 26 de abril de 2011

Bringin Sexy Back!


El viernes pasado, y luego de una larga ausencia en Madrid, en una algo esquinada mesa del Restaurante Ginger, disfruté ampliamente la cena con lo que parecía una reunión fashion de la ONU: USA, Argentina Y México en una mesa tratando de resolver el mundo con unas botellas de lambrusco. Luego de un rápido update sobre nuestras vidas, trabajos, aviones y hasta el nuevo piso de uno de mis amigos, terminamos derivando la plática en un tema obligado para tres sodomitas reunidos: el sexo.
Lo interesante, es que esta ocasión luego de comentar algunas anécdotas sexuales relevantes y un poco vouyeristas, comernos con la mirada a un comensal de una mesa vecina (y odiar por cierto a la malparida de su novia por estar con semejante semental y no comérselo a besos ahí mismo) así como  confesar deseos de experimentación en rubros de “roles”; tocamos un tema que en lo particular y de manera injusta no le he dado tanto protagonismo en mi vida, los juguetes sexuales.
Y es que analizándolo fríamente, me parece insano que si puedo invertir más de 300 euros en un cinturón LOEWE de edición limitada o cientos de euros en una joya de Louis Vuitton, nunca me haya tomado la molestia de comprar en alguna Sex Shop un Cock Ring o hasta un básico dildo, y lo más “aguerrido” que haya comprado es un Anal Douche de Falcon en una tienda de Londres; que más que un juguete es una necesidad, porque a mi parecer eso de emprender la pasividad sin la tranquilidad de la higiene intima hasta lo más recóndito de mi ser, es de locos.
Con sorpresa descubrí que mis compañeros de cena, tenían bastante más experiencia que yo en el tema, y me sorprendieron con un manual de uso de un cock ring en condiciones, la diversidad de materiales de los cuales pueden estar hechos, y hasta customizaciones a los mismos para ser más leather.   Tanto fue mi interés del tema, que al día siguiente, y escoltado con una nueva adquisición a la plantilla de habituales en mis salidas nocturnas, El Doctor,  hicimos una excursión a una Sex Shop de Chueca  a conocer la amplia oferta de opciones para el juego del amor.  
Honestamente debo confesar que Un Gay Hecho en México estaba en pañales en el tema de accesorizar el sexo,  ya que entre muñecos infables, sexy underwer, buttplugs, dildos de todos los sabores, colores y hasta “bicéfalos” y outfits leathers, me di cuenta que tengo que empezar a ser más abierto con el tema, y empezar a abastecer mi arsenal amatorio con nuevas maneras de divertirme solo, o acompañado.
Y es que precisamente creo que ahí esta lo divertido de los juguetes sexuales, que no solo son en si una manera de exponenciar el placer a la hora de usarlos; sino que nos permiten en solitario o en pareja, explorar, experimentar y darnos la oportunidad de expandir nuestros propios límites; ya que al menos por mi parte, por años había considerado algo de sexual freak el querer meterse un dildo con la forma de la genitalia de Lukas Ridgestone, pero creo que con el paso de los años, cada vez estoy más abierto a querer no limitarme a mi mismo, siempre y cuando no me haga daño (así que por el momento el dildo de hule en forma de duende de jardín de Amelie tendrá que esperar).
Así que esta semana tengo la tarea de pasarme a elegir algún nuevo accesorio, que probablemente no pueda lucir en la calle como una pulsera de la nueva línea de Swarovski o unos nuevos Ferragamo, pero que sin duda complementará el traje de Adán que uso al amar.
Feliz y accesorizado Martes

viernes, 22 de abril de 2011

Dancing on my own

Must Sountrack: Robyn: Dancing on my own
Antes que nada una enorme disculpa por desaparecerme tanto tiempo, debo confesar que tuve cantidades exorbitantes de trabajo en mis últimos días en la Ciudad de México, seguido por cantidades aún más exorbitantes de ginebra, bares y amigos en mi primera semana en  Madrid, durante  mis vacaciones de Semana Santa, que de Santa han tenido poco.
Probablemente para compensar mi no tan agobiada vida social en el DF, he tenido la necesidad al llegar a España de salir todos los días hasta altas horas de la madrugada,  bailando, riendo, y tratando de sentirme distraído el 100% de mi tiempo mental.  Creo que no es hasta hoy Viernes, cuando me doy cuenta que mi regreso a Madrid ha sido un poco diferente a mis vueltas habituales; mucha gente está de viaje por las vacaciones; la ciudad tiene un continuo nublado que por momentos empapa los muros de esta ciudad que me gusta tanto; pero creo que tengo que ser honesto conmigo mismo y aceptar que hay algo que no está del todo bien dentro de mí, y que ahogarlo con gin tonics no lo ha solucionado.
En una de estas noches de fiesta, en un bastante vacio La Boite,  me topé que uno de mis amigos de juerga había ligado y estaba muy entretenido en los sillones del lobby, mientras que el último que quedaba en pie sacaba la bandera blanca de paz para retirarse a casa;  por lo que me quedaba solo en la pista; y por primera vez en mi vida hice lo que nunca se me hubiera ocurrido hacer: me quede bailando solo.
Y  es que muy probablemente para una persona normal, el bailar solo en una discoteca sea lo más normal del mundo; pero para un gay hecho en México,  fue como tácitamente aceptar de una vez por todas estar solo y decidir disfrutarlo. Liberarme a mi mismo sin necesidad de tener alguien enfrente para bailarle o simplemente para pasarla bien.  La verdad es que la soledad me duró apenas unos dos hits de Madonna, ya que mi sex appeal parece estar en su decimo octavo aire; ya que un niño rubio muy mono decidió volverse mi “mate” de baile y acabamos pasando un buen rato juntos al ritmo de la música.  Aún así, y en contra de la insistencia del chico rubio, no quise traerlo a casa;  creo que al día siguiente hubiera tenido cruda física y moral.
Y es que creo que me está empezando a afectar el estar solo, y la bailada solitaria me abrió un poco los ojos sobre el tema; ya van casi dos años de que el Arquitecto tomó un avión y se fue de casa;  pero por motivos del destino esta estancia en el DF hizo que estuviera presente en todo lugar y momento; tanto así que inclusive desayuné con el antes de volar para Madrid; y no me arrepiento porque lo tomo como una terapia de desapego; ya que se que jamás seré capaz de olvidarlo pero definitivamente formara parte de mi vida por siempre como un amigo.
En estos dos años he tenido la dicha de vivir rodeado de amigos que me han acompañado, me han hecho reír, conocer y disfrutar mucho esta experiencia Europea de vida; pero aún así tengo que reconocer que yo siempre me he considerado una persona de pareja; hecho muchísimo de menos el estar acompañado de alguien a quien amas; de estar con esa persona correcta con la que hasta ir al supermercado es una fiesta, de no quitarte la sonrisa tonta de verle a los ojos, y de tener la ilusión de planear viajes juntos y experimentar nuevas formas de amarse.
Tristemente, tengo que aceptar aunque duela, que si para una persona normal es complicado encontrar pareja; para una persona como yo, con casa en dos continentes y más tendencia a viajar que las Mariposas Monarca, es algo complicado encontrar a alguien que entienda y acepte mis ausencias; o que decida volar conmigo; asi que tengo que aprender y disfrutar bailar solo, ir al cine by my own, y hacer tantas cosas que la sociedad nos ha enseñado que hay que hacer en pareja.
Por lo pronto, lo único que se me ocurre hacer, es erradicar de mi cualquier atisbo de tristeza, recapacitar y darme cuenta que la vida es demasiado maravillosa como para no disfrutar cada segundo, y que aunque probablemente no tenga pronto alguien con quien vivirla acompañado; estoy rodeado de familia, amigos y tantas cosas que me hacen sentirme feliz y sentirme pleno; así como infinidad de tiendas para deslizar la Visa Dorada nueva y experimentar orgasmos textiles a tutiplén.
Creo que la soledad es un estado mental, ya que realmente nunca estamos verdaderamente solos, siempre estamos con nosotros mismos.  Por lo pronto quiero sonreír, disfrutar de los amigos y salir de casa ahora mismo,  a volver a enamorarme de alguien quien se que nunca me dejará y me ha llenado de buenísimos momentos: Madrid.

viernes, 8 de abril de 2011

La envidia es como un puñal


La naturaleza humana siempre me ha intrigado. Creo firmemente, por más soberbio que pueda sonar, que somos los animales más interesantes que han poblado este planeta (en este momento mi casi extinta vena de paleontólogo tipo Ross Geller de Friends, se ha apagado para siempre).
Somos seres capaces de amar, de crear, de innovar, de llevar a la realidad proyectos que en un inicio suenan como quimeras, pero que con inteligencia, dedicación y esfuerzo se pueden traducir en soluciones a problemas que nos aquejan a nosotros  a nuestro planeta; somos capaces  inclusive de crear y valorar el arte, plasmando para siempre nuestros sentimientos, ideales y hasta temores.
El problema es que también somos muy capacitados y buenos en eso del odio intenso, en destruir, en discriminar, en invadir, en menospreciar y algunas veces pudrirnos por dentro envidiando a los que nos rodean.
Esta semana, aparte de tener varios increíbles re-encuentros con algunos buenos amigos, seguir avanzando con el trabajo postivamente  y disfrutar de lo mejor del arte contemporáneo en Zona MACO en el DF, tuve la “desagradable” noticia que una de las personas que más quiero en este mundo, ha pasado los últimos meses comentando con los amigos que tenemos en común que he cambiado muchísimo, que soy un fresa (sabemos que sí, pero de los buena onda, no de los culeros) que soy un presumido con mis logros y que me he vuelto algo así de pretencioso como  Paris Hilton pero sin el rosa hasta en las bragas y sin el chihuahua obeso.
Inicialmente la noticia me dio algo de risa, ya que a mi eso de ser “la villana” en una relación había sido algo que siempre se me había antojado, sobre todo después de tanta villana gloriosa que nos han dejado la novelas de Televisa como con Catalina Creel en Cuna de Lobos o hasta la mas reciente Teresa ; pero luego de reírme un poco, me di cuenta que me dolía hasta la médula  la decepción de cómo alguien a quien yo quiero tanto y considero que hago hasta lo imposible por colaborar en su felicidad, pudo decir cosas malas de mí.
A raíz de esta situación, me he cuestionado  mi “nivel de envidia” seriamente, ya que obviamente yo en algún momento he sentido envidia, a la cara perfecta de Jude Law, al guaracanon de 23 cm Lukas Ridgestone o inclusive a la falta de pudor de Britney para salir en sus videos del CD BlackOut más gorda que un luchador de sumo; pero creo afortunadamente nunca he experimentado resentimiento a alguien por estar feliz y lograr los proyectos que se propone; solo alguna vez desee internamente que un amigo que estuvo a dieta por 6 meses engordara un poco porque se veía demasiado bien con unos jeans que yo tenía iguales; pero salvo eso, cosas inofensivas.
Tristemente hay gente que sufre en este mundo, que pasa carencias, que tiene que renunciar a sus parámetros de moralidad o valores para subsistir  en una sociedad donde tristemente  la felicidad se basa muchas veces en lo que tu Visa puede o no puede lograr.  Afortunadamente para mí, tuve la suerte de nacer en una familia en la que nunca he tenido limitaciones o carencias,  ni de amor ni en bienes materiales;  es por eso que para mí es difícil entender que yo pueda hablar mal de alguien porque se viste mejor que yo o porque viaja por todo el mundo; porque yo entiendo y acepto sin problema que hay millones de personas con muchos más recursos económicos que yo, pero también agradezco a la vida que no me hace falta absolutamente nada para ser feliz.
Creo que la envidia mata, probablemente no nos mata al punto de llegar a la tumba; pero si mata gran parte delo bueno del corazón humano y de las energías que tenemos.  Creo que mucho mejor que invertir tiempo con rencores hacia otras personas, deberíamos invertir ese potencial en crecer nosotros mismos como personas, focalizar nuestros objetivos y luchar para alcanzarlos.
Independientemente de las envidias, debo y quiero tratar al ente en cuestión con toda normalidad; aunque me cueste trabajo; ya que intento crecer y madurar, y darme cuenta que una manera en la cual agradezco a la vida todas las cosas que me ha dado, es tratando de ser mejor persona cada día; y porque hoy he decidido al despertar que hay millones de cosas en esta vida que me hacen sonreír, como para amargarme siquiera un segundo de la misma llorando por algo que no vale la pena.
Feliz Fin de Semana.

martes, 5 de abril de 2011

Músculo, Músculo puro Músculo, ¡es lo que quiero ser!



Must RETRO Soundtrack: Chantal Andere - Musculo, Musculo
La vida de un gay hecho en México en estos últimos meses, es más cambiante que los atuendos de Lady Gaga. Y es que la verdad, es que llevo unos meses de muchos viajes, mudanzas, cambios y proyectos nuevos que se han derivado en que cada día, mi vida es diferente al día anterior; y que he despertado en más camas que una prostituta veneciana del renacimiento (de hoteles y por viajes de trabajo, ¡malpensados!)
Ante tanto cambio de ciudad, país y escenografía, la verdad es que me he tenido que centrar en el trabajo, en pseudo-descansar los fines de semana y en tratar de defender mi estatus de socialité a la medida que mi cansancio por la oficina o mis mudanzas me lo han permitido; pero lo cierto del caso es que el éxito en mi trabajo, en mi agenda social y en lo divina que está quedando mi más nueva recámara en la ciudad de México;  se han derivado en CERO tiempo para hacer ejercicio, y lo peor es que mi agenda social se ha llenado de comidas y cenas con deliciosa comida de todas partes del mundo (¡falta ver lo cosmopolita y rico gastronómicamente hablado que es el DF!) derivándose en que mi figura haya ganado unos gramitos de más en las última semanas.
El acabose a mis malos hábitos, se dio el día de ayer en la cena, en la cual para celebrar el nuevo trabajo de El Arquitecto, y siguiendo la filosofía alimenticia de Precious, pedimos pizza, papas, roles de canela y otras tantas delicias americanas que han causado sus más peligrosas curvas a Britney Spears y hasta a la redondeta Christina Aguilera. Luego de la cena me empecé a encontrar realmente mal, con dolor de estómago y unos retorcijones en el estómago que me hicieron creer que el Espíritu Santo había obrado en mí, porque parecían patadas de un bebé en gestación.  
Fue entonces cuando recordé que este año estoy a bordo de mi propio reto: El Reto 30; que consiste en varios propósitos que me he marcado y entre los cuales figura que este año quiero tener un cuerpo 100% armónico y feliz, por lo que me plantee como indispensable, lanzar una Operación Bikini de Emergencia y empezar la dieta a la brevedad así como pasar mis 4 semanas en Madrid sin faltar al gimnasio para regresar al fit.
Ahora unas 18 horas después de mi catarsis dietética, frente a mi ensalada verde con pollo a la parrilla, y luego de haber desayunado solo cereales light con leche light; no puedo dejar de pensar lo fácil que sería optar por la plancha, pero no para cocinar al pollo, sino la plancha del cirujano plástico que ponga fin a mis kilitos de más con una buena liposucción focalizada, o algunas de esas pastillitas que te aceleran el metabolismo y te dejan más flaco que Kate Moss en desfiles de Primavera - Verano. 
Y es que hoy en día, es indispensable para un gay hecho en México y SOLTERO, estar lo más presentable posible, y debido a que, modestia aparte, tenemos cubierta la parte de cute face y high fashion, mi mayor área de oportunidad es que mi derriere de Beyonce siga cual musical de Brodway: Defying Gravity y que mis lonjitas laterales se vean minimizadas en extremo; ya que en un 2011 en donde al conectarnos al grindr desde nuestro iPhone o al entrar al Manhunt uno parece estar viendo un catálogo de underwear de CK o Abercrombie&Fitch,  es una manda disminuir nuestra grasa corporal a que quede solamente reducida a la acumulada en las vainas de mielina de nuestras neuronas.
Aún así, debo de confesar que aún cuando el mercado de la carne requiere cuerpos de escándalo y  que obviamente me gusta mirar cuerpos marcados y esculturales; a la hora de ir más allá con un individuo,  y sopesarlo como posible ligue o novio,  la inteligencia y simpatía impera mucho más que el cuerpo (siempre y cuando el hombre en cuestión no haya sido Doble de la ballena Keyko en la película Free Willy).
Creo que es importante que más allá de enviciarnos con un culto al cuerpo, debemos de recordar que la vida es balance, y que más allá de lo divino que se ve un 6pack en un abdomen, la salud es lo más importante; por lo que aún cuando los anabolizantes y cirugías suenan tan tentadoras cuando tenemos “prisa” por ser más atléticos; siempre debemos de recordar que nuestro cuerpo es un bien no renovable y que el daño que le infrinjamos se derivará en dolencias para toda nuestra vida.
Así que no hay de otra, a comer ensaladas y sudar la gota gorda en el gym, con miras a un verano que cada vez se acerca más, donde esperamos divertirnos con los amigos tomando mojitos,  agarrar un bronceado californiano, y claro,  tene un summer love que nos haga sentirnos cual Sandra Dee en Grease.
¡Feliz Midweek!

viernes, 1 de abril de 2011

I touch myself

Must Sountrack: Divinyls - I touch myself

Una de las más grandes y favorables sorpresas que me ha dado la Ciudad de México en mi más reciente estancia, es el famoso Metrobus, una línea de transporte que atraviesa prácticamente la ciudad sobre uno de sus ejes más importantes.  La verdad es que existe desde el 2005 y he venido mucho  desde aquel entonces; pero es que luego de pasar 4 años haciendo uso del transporte público en Madrid, caí en cuenta que era una falta de consideración hacia mi propio país no darle una oportunidad a esta nueva forma de transportarse.
Debo confesar que la experiencia en el metrobus fue desde el princpio increíble, las estaciones son mega-limpias, con muchísima seguridad, unas tarjetas recargables super cute parecidísimas a las del tube de Londres y unos buses increíbles; pero lo que más cautivó mi atención de esta nueva experiencia fue el maravilloso Tele-Urban, un canal destinado a “entretener” a los usuarios del transporte, que me soprendió desde el segundo 0,01 que entré, ya que para mi sorpresa, estaban transmitiendo un mini-documental sobre las maravillas del auto-erotismo.
Yo inicialmente, ante las sugestivas imágenes de mujeres y hombres haciéndose trabajitos, pensé que había una cámara escondida y que todo era parte de una broma grupal tipo Smile, you are in Candid Camera; pero lo que más me llamó la atención, es que ante el audio que invitaba a auto-explorarse sin estrés de tiempo y de preferencia con aceites para potenciar las sensaciones,  ninguno de los ocupantes del bus tenían la misma cara de susto que yo.  Fue entones cuando concluí que definitivamente la Ciudad de México es muy open-mind, no solo por las bodas entre personas del mismo género o tanto sodomita y hasta travesti en la zona rosa sino por la libertad de hablar de la masturbación hasta en el transporte público.
La cereza del pastel fue cuando luego del mini-documental con muchos tips para eso de “torcerle el cuello al ganso” (me sentí super chilango con esta frase) transmitieron el video de Don`t Cha de las exuberantes Pussy Cat Dolls, no se si en un intento de que alguien muy desinhibido empezara a practicar eso del auto-erotismo con estimulación visual ahí mismo en el metrobús.
Al llegar a la oficina, y con eso de la masturbación en la cabeza,  no pude dejar de pensar que hace algunos años; el sacerdote de mi colegio nos preguntaba mirándonos a los ojos si habíamos pecado de lujuriosos estrenando nuestro equipo reproductivo; y sancionaba con múltiples oraciones y sacrificios a aquellos que contestaban que sí.  Fue así como tristemente durante toda la pubertad muchos asistentes a colegios religiosos, en mi caso marista, crecimos con la idea que tocarnos era del diablo, y que la masturbación no nos llevaría a nada bueno y mucho menos si era con algún amiguito, y, (aquí me cae un rayo encima por sacrílego) hacíamos llorar al niñito Jesús cada vez que lo hacíamos.
Claro que si eso hubiera sido cierto, el pobre niño Dios hubiera caído en deshidratación extrema, ya que el menos en mi escuela, creo que un 100% del estudiantado cedía ante el placer de la carne propia, por lo que seguramente el cielo tenía un cuentón bruto  de Gatorade y de Kleenex por nuestra culpa.
Hoy en día, y con una óptica de adulto, pienso en el enorme daño que causa la prohibición sin explicación, ya que al marcar algo como vetado lo único que hacemos es hacerlo más atractivo, y es así como lejos de proteger la inocencia de los niños, lo único que hacemos es mitificar  algo tan natural como es el sexo, que definitivamente es  necesario para el bienestar psicológico de nuestro ser.  Con esto no me refiero a que añadan “Tocamientos I, II y III” como asignaturas de la secundaria, pero si que no sea un tema tabú y motivo de infierno para un estudiante; ya que hoy en día el sexo está en todas partes, en la publicidad de la televisión, en los modelos de tiendas de ropa como Abercrombie&Fitch,  en la música con Katy Perry vaciando sus tetas de nata montada en spray y en prácticamente cada rincón de nuestro mundo.
Mientras mas pronto podamos aprender y educar a los más pequeños, que el sexo es una gran satisfacción pero también tiene una gran responsabilidad por las implicaciones que puede tener en embarazos no deseados o enfermedades; más pronto podremos decir que avanzamos como sociedad.
Yo mientras tanto creo que tomaré algunos tips del documental y este fin de semana practicaré  un autoerotismo hecho en México, con el ser que mejor conoce lo que me gusta sentir: Yo mismo.
¡Feliz Fin de Semana Auto-Erótico, o ¿porque no?, Eótico-Acompañado?