viernes, 29 de abril de 2011

Cause I`m a gipsy... Are you coming with me?


Este lunes, aún con viajes programados, quise empezarla tratando de volver a la normalidad de mi rutina madrileña durante la semana:  trabajo intenso en la oficina de Madrid, salir a correr mis relajantes 10 km en la tarde y por último, quedar con amigos para tomar algo en una de las terrazas de Vázquez de Mella y hacer más agradable el san lunes.  Luego de pasar un rato excelente con los habituales, disfrutando las primeras,  aún algo gélidas tardes de terraza, platicando de todo y nada a la vez, así como lanzar un nuevo proyecto de juego de mesa para el mercado rosa que le daría en la torre al Monopoly; llego el momento de marchar a casa para reposar el sueño de belleza.
Rumbo a casa, y como a veces es la vida, decidí conectarme a Whatsapp, y casualmente, un chico con el que llevaba varios días hablando por Grindr, pero que por nuestras imposibles agendas no habíamos podido quedar, se conectaba a la misma aplicación mientras paseaba por Chueca; por lo que obviamente quedamos de tomarnos un vinito en El Mercado de la Reina, para al fin poner cara y voz a tantas palabras escritas a través del iPad.
Podría contar a detalle las mil y una cosas sobre la plática, pero sería renunciar a una intimidad de un vínculo que se trazó con apenas un saludo y dos besos;  pero creo que en esencia, fue como conocer mi persona en un futuro, si decido seguir el rumbo de vida de gitano que he marcado desde hace ya casi un año. El chico en cuestión, con algunas primaveras más en su haber que mi persona, es consultor para aerolíneas, optimizando procesos; por lo que unas mañanas amanece en Dominicana, otras en Miami, algunas en mi amado México, otras en Mallorca de donde viven sus padres  y finalmente y muy contadas algunas en Madrid a apenas unas cuadras de donde está mi piso.
Entre algunas copas de más de vino blanco, nos contamos a grandes rasgos nuestras vidas,  los pilares de nuestra educación, nuestros fantasmas y tantas cosas que me permitieron tener la confianza de preguntarle al Viajero una pregunta que a mi me ha asustado debido a mis últimos meses sin dejar ancla en ningún lado: ¿Cómo manejas la soledad?.
La respuesta me impresionó, ya que aunque El Viajero lleva los últimos 15 años viviendo en más de 5 países, me contó que si que ha tenido parejas y duraderas, que aceptan su naturaleza y lo esperan pacientemente o lo acompañan por el mundo en sus aventuras. Debo confesar que su respuesta me tranquilizó e hizo que al fin respirara profundo luego de haber pasado una especie de “catarsis” sobre el amor después de mi gran amor con el Arquitecto y mis posibilidades de conocer al fin a alguien nuevamente.
La plática continuó sobre viajes, experiencias, adicción a la Coca Cola Light, las gracias de los accesorios de Gucci, y como si fuera 2000 años antras, la transformación del agua en vino, Los vinos blancos  se transformaron  en Gin Tonics y la locación cambió al milenario bar Del Diego en Chueca, en donde El Viajero resultó ser un VIP y pasamos un rato más que agradable.
Justo cuando caía en cuenta lo mucho que disfrutaba la plática, y la guapa presencia del chico, caímos en cuenta que era un LUNES, nosotros teníamos mas alcohol que sangre en las venas, y yo al día siguiente tenía reuniones para el proyecto de Italia, que planear agenda para Milan y el tenía que tomar vuelo a Barcelona; por lo que caminamos a casa tonteando, con algunos besos robados y con el ansia que te da el saber que has encontrado a alguien a quien quieres conocer más, pero que sabes que será casi imposible.
¿Y porqué imposible? Porque hasta una semana después no podremos vernos por sus viajes y mis viajes, porque planea mudarse a un neuvo proyecto de aerolínea a Grecia y porque un Gay hecho en México está planeando un arrebatadora incursión al mundo empresarial con un deslumbrante proyecto de belleza en el DF. Aún así tengo estos últimos días la sonrisa tonta de alguien que espera un mensajito y se le revuelve el mensaje al recibirlo, que espera con ansia la llamada nocturna para contarse las agendas.
Con miedo puedo decirte que parece que El Viajero parece la respuesta a muchas de mis preguntas, pero no se si será la solución a muchos de mis problemas; pero estoy dispuesto a arriesgarme para descubrirlo, aunque luego duela.
Feliz Fin de Semana

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