martes, 8 de marzo de 2011

¿Cómo te va mi amor, cómo te va? Era en silencio la pregunta entre tú y yo


Must Soundtrack: Pandora - Como te va mi amor

Con apenas unos días en la Ciudad de México, con intenso trabajo y readaptación express al “chilango way of life”, y acorde a que estoy seguro que mi vida es una serie de televisión con la intensidad homosexual de Queer as Folk  los diálogos   de Fisico-Química y los estilismos (por mi parte) de Gossip Girl; recibí la noticia de que mi ex, aquél hombre que lleno mis días durante cinco años y medio, el famoso Arquitecto, venía por unos días a la Ciudad de México en búsqueda de trabajo para cambiar su residencia.
Honestamente al enterarme, mi mente y corazón se volcaron en una serie de confusas ideas y sentimientos sobre si esta noticia me alegraba en sobremanera o inclusive me daba miedo o me causaba molestia; a final de cuentas mi relación con el Arquitecto terminó en una dramática despedida en el aeropuerto de Barajas, causada por la necesidad del hombre en cuestión de desarrollarse profesionalmente en México, dejándome solo en el otro lado del charco. Lo cierto es que no terminamos por falta de amor, sino por una incapacidad de cuadrar nuestros objetivos profesionales y la geografía para alcanzarlos, ya que si algún día quiero ser el siguiente Mary Kay no era cuestión de renunciar a mi trabajo para regresarme de ama de casa a México.
Regresando al presnte, y en medio de esta enorme confusión por la noticia, decidí que quería sentirme contento al reencontrarme con una persona que me hizo excesivamente feliz y al que podía recriminar muy pocas cosas en tanto tiempo de relación; salvo que dejó en mi vida un bache que ni hombres hermosos,   todos los cinturones de Loewe y ni siquiera insultantes cantidades de Ginebra Hendricks han podido llenar.
Fue así como el miércoles, después de un largo día de Oficina, llego a la recepción de mi oficina el Arquitecto, bastante más delgado, un cutis de ensueño gracias a los avances en la dermatología mexicana y una sonrisa, que Colgate pagaría una fortuna por tener en uno de sus anuncios.  Lo halle guapo, mejorado y con una mirada en la que supe leer que me había extrañado y que al igual que yo, su corazón era un caos.
Unas horas más tarde y frente a unos necesarios drinks en la terraza del CondesaDF, ante una plática que apuntaba hacia cual sería el futuro de una relación que quedó “inconclusa” o con posibilidad de una segunda temporada,  con una objetividad que hasta el momento no me explico de donde salió,  le expliqué al Arquitecto que agradecía su interés en retomar nuestra historia, pero que con la vida que llevo, viajando cada mes a un país diferente, con dos casas en el mundo y un trabajo que exige ser tan ligero como la espuma, no podía agregar más incertidumbre a mi ecuación sin que tronara, por lo que le ofrecía seguir siendo amigos, y ver en un futuro y con alguno de los dos más estable, retomar la charla sobre nosotros.
Unos días después, con la cabeza más fría, en la sala de espera de un aeropuerto,  aún cuando  mi lado pensante me aplaude, ya que se que tomé la decisión correcta, no puedo dejar de pensar en lo confortable que sería volverme a sentir parte de una pareja, y un equipo ante las adversidades de la vida.
En el mundo del cine, dicen que las segundas partes nunca son buenas, salvo El Padrino o Toy Story que son brutales. Pero creo que en los casos en los cuales cortamos “a lo sano” con nuestros ex, siempre acariciamos la idea de volver algún día a volver a retomar la relación con ese susodicho que nos cambió la vida en su momento. Lo difícil es que si no cerramos realmente un capítulo en nuestras vidas, nunca estaremos del todo preparados para conocer más gente o darnos la oportunidad de volvernos a enamorar.
Ojala hubiera un “Manual de Carreño para el corazón”, que nos indicara que hacer con nuestras relaciones amorosas,  por el momento solo podemos confiar que el tándem que forma nuestra mente y nuestro corazón nos aconsejen correctamente, o volvernos adictos a llamar a estaciones de radio cutres con conductores semi-alcoholizados para recibir su consultoría.
Respirando profundo,  me coy cuenta que decido que por el momento este gay hecho en México seguirá circulando en solitario,  con muchas dudas e incertidumbre, pero con la tranquilidad de que el amor del bueno dura para siempre, y lo que está destinado a ser: SERÁ.

1 comentario:

  1. Mi comentario esta vez, no es sobre lo escrito, ya que es un tema demasiado personal. Pero sí quiero felicitarte por tu narración. Y darte un consejo.
    Ya que siempre hablas de tu Hendricks, te aconsejo que pruebes, si no lo has hecho ya, G´Vigne. Sin pepino, si quieres limón o manzana y con la tónica "pinchada". Ya me contarás

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