jueves, 10 de marzo de 2011

No es obsesión, podrías encontrar el amor a tu medida



Must Sountrack: No es Obsesión - Onda Vaselina

Es impresionante como hoy en día, el fenómeno Facebook no solo logra portadas en el Times o blockbusters en cartelera; sino que realmente, para una gran parte de las personas, incluido yo mismo, forma parte ya del día a día, relevando en parte a la televisión como el clásico pasatiempo, con la ventaja que al menos el Libro-Cara permite interacción con otras personas.
A través de facebook me he re-encontrado con antiguos compañeros de colegio y sus crecientes calvicies, prim@s con los que antes casi no hablaba y ahora me entero hasta que cenaron la noche anterior y hasta némesis de mi pasado que hoy a mi parecer y con tan solo mirar su foto de perfil, concluyo que el karma los ha puesto en su lugar. En la última oleada de friend request, había un individuo cuyo nombre no me decía absolutamente nada, pero al ver la foto, recordé una muy accidentada cita de mi pasado muy lejano, que ojala hubiera podido dejar en olvido.
Y es que yo he tenido la suerte de tener pocas citas, y de esas pocas sacar a novios duraderos (dos, tampoco una exageración) o al menos amigos que duran un buen rato; pero es que hablando fríamente, de este pobre chico sabía que había poco material para trabajar; y es que con la sinceridad que me caracteriza, para bien o para mal, debo confesar que desde la primera impresión, empezamos mal, y aquel chico aunque delgadísimo y de estatura media, parecía que estaba vestido con ropa de Danny de Vito: camisa a cuadros gigante por  los lados XXL y con pantalones kakis rabones.
Independientemente que el chico no era nada feo de cara, su porte no ayudaba mucho, y al verlo caminar pensé en lo indispensable que sería que los Ministerios de Educación de todo el mundo pusieran como obligatorias clases de Desenvolvimiento Social y Físico, con video conferencias de caminado y postura impartidas por Tyra Banks.
La charla en la cita tampoco ayudó muchísimo, el chico en cuestión era un exitoso empresario, pero en esos momentos atravesaba por lo que yo entendí una crisis emocional, que lo había llevado a tomar clases de actuación, canto y creo hasta baile y corte y confección, para encontrar su “Groove”, por lo que aún con mis dotes de sacar plática hasta las piedras, me topé con una persona un tanto existencialista y un poco vacío por dentro.
Después de una hora de plática yo ya había puesto mi sonrisa y gesticulación facial en mood automático, asintiendo a cada 30 segundos aproximadamente, pero mi cerebro se encontraba ya lejos de ahí, pensando cosas tan relevantes como en que me pondría al día siguiente, si Tommy Hilfiger es realmente racista o si el delicioso fin de las langostas compensa su horrible apariencia.
Finalmente y cuando nos despedíamos, el chico en cuestión me besó; y debo de admitir que  no se si porque mi cerebro seguía en mood ausente, o por la sorpresa del arrojo del niño tan soso, le devolví el beso.  Lo peor fue que el beso se transformó en un morreo/faje en mi casa, que tristemente se derivó en la estocada final al fracaso de cita; ya que el chico era poco creativo, poco dotado y poco flexible, coronado a que su ropa interior era la de un niño scout de 6 años,  desencadenó en que lo “terminé” con una paja fulminante con ganas de que al eyacular saliera de mi vista lo más rápido posible.  Lo que gracias al cielo pasó.
Hoy, mucho tiempo después me ha agregado a Facebook, y a falta de un Manual de Protocolo para estas circunstancias, lo acepté; y  maldito sea Mark Zuckerberg y su aplicación de Messenger para Facebook, el mono estaba online y con ganas de platicar. Luego del obligatorio update y justo cuando yo me iba a despedir argumentando que tenía los frijoles en la estufa, el Ex-Date me preguntó directamente que porque no nos habíamos seguido viendo y cual había sido mi opinión de el en nuestra cita.
Si algo tengo que agradecer a ser un gay hecho en México, es que en un medio tan políticamente correcto como el que he vivido, rodeado de “porfavorcitos” “mil gracias” etc, me ha enseñado a poder decir la verdad sin que suene tan horrible o directa, por lo que en unas cuantas frases le dije al chico en cuestión que era mono y que simple y sencillamente no habíamos hecho click, pero que no le vendría mal un poco más de plática y que ojala hubiera aprendido algunos trucos en la alcoba.
Luego de cerrar la conversación, no he podido dejar de pensar en las agallas del hombre en cuestión de preguntar directamente  algo que todos nos hemos preguntado alguna vez al no volver a ver a un chico: ¿qué salió mal? Sobre todo cuando nos dan mensajes erróneos (como el mío y los besos y morreos que no debieron pasar).  Y es que todos daríamos nuestro patrimonio con tal de hallar la forma de leer la mente de las personas que nos rodean, para así saber que piensan realmente de nosotros, y en base a eso saber el futuro que tendremos con esa persona, si es que hay alguno.
Ante la ausencia de un lector de mentes y que la misión de encontrar a un príncipe azul en medio de tanto sapo nos lleva a tener que planear citas con nuevos hombres, creo que lo único que podemos aspirar, es a ser transparentes, y dejar lo más claro posible, sin ser groseros obviamente, si por nuestra parte hay la posibilidad o no de repetir un encuentro; posiblemente suena algo frío e impersonal, pero creo que la honestidad es una virtud primordial y que puede evitar que el hombre de nuestra cita se ilusione con algo que no será, o viceversa.
Por el momento espero por el amor de Dior  que facebook lejos de traerme malos dates de antaño me traiga buenos dates futuros, y si saben besar como se debe, excitarme con su intereante plática y con underwear aussiebum por lo menos, mucho mejor. Feliz Fin de Semana!!!!


PD. Al date de antaño que inspire este post: Hijo,  go right now to do some shopping and read a book! 

1 comentario:

  1. Como diría Monica Elizabeth Geller (Courtney Cox en Friends), "si me dieran cinco centavos por cada hombre con quien me he acostado y no...".
    Esos son los gajes de las citas a ciegas, que las sorpresas nunca son agradables. Y lo peor, es cuando sientes que eres tú el que desagrada a la otra persona, pero en el calentón te aventuras y piensas: "ya que hemos llegado hasta aquí...me lo llevo a la cama, total...no pienso tener hijos con él" y al finalizar te quedas con esa sensación de amargor del trabajo inconcluso.
    Cualquiera de las dos situaciones no deja de ser triste. Debería prohibirse el sexo por piedad.
    Aunque también es cierto que, a veces, quien piensas que por él te pondrías ovarios, es una verdadera decepción en la cama.

    ResponderEliminar