viernes, 25 de marzo de 2011

I am Beautiful, no matter what they say


Mega Must Sountrack: Beatiful - Christina Aguilera
El día de ayer al despertar, noté un extrañísimo dolor en el ojo izquierdo, corrí al baño y no pude dejar de asustarme con que mi precioso ojo parecía el de un sapo.  Independientemente del dolor que me causaba cerrar el párpado y lo horrible de mi aspecto; mi primera preocupación fue: ¿Cómo me pondré la lentilla?. Obviamente mi sentido común (que es igual de útil que el sentido de la moda) me llevó a no ponérmelo, lavarlo perfectamente y llamar a los queridos amigos de mi servicio médico en España para que me localizaran un hospital en condiciones en la ciudad de México para atenderme.
Unas horas después, me hallaba en el Hospital Español, rodeado de oftalmólogos, graduados y aprendices (es impresionante como hasta en los hospitales privados Urgencias parece la versión hospitalizada de Físico-Química) que apuntaban que mi ojo tenía un simple orzuelo, pero que debido a las condiciones atmosféricas y contaminación de la ciudad de México se había complicado un poco-mucho.  Por lo que por estas semanas me tendré que aplicar ungüentos varios y tomar pastillas a tutiplén para prevenir una infección y que esto no se salga de control.
Lo peor del tratamiento, no radica en los múltiples cuidados que tengo que tener hacia mi desafortunado ojo izquierdo, del cual tendré que comprar hasta un champú especial para pestañas; sino que por aproximadamente 4 semanas no podré usar lentilla en ese ojo.  Lo divertido fue que al recibir la noticia habré puesto peor cara que Rihanna después de unos golpes de amor; ya que el oftalmólogo me preguntó que porque mi cara de estrés extremo.
Traté de explicarle de una manera resumida, que durante 11 años de mi vida tuve anteojos, que me causaron incomodidad, me perjudicaban a la hora de hacer ejercicio y lo peor, al estar tan ciego; eran como de fondo de botella; dejándome unos caricaturizados ojos de topo menguando mi autoestima a niveles extremos. El oftalmólogo, que por dentro seguro se burlaba de mi trauma infantil;  me animó diciéndome que me harían unos anteojos nuevos; y que independientemente de mi práctica ceguera, hoy hay ya grandes avances en la elaboración de lentes y seguro encontraré unos a mi gusto y a la moda; poco le faltó para decirme que mirara a Elton John o a Lady Gaga como han capitalizado el uso de gafas fashion.
En las últimas horas he reflexionado lo excesivamente importante que es para mí el tema de la imagen. Siempre he defendido y justificado que por mi tipo de trabajo mi imagen, estilismo y rostro tienen que ser acorde a alguien que no solo usa cosmética, sino es un patrón de referencia para usarla; pero independientemente al tema laboral, hoy en el camino al trabajo, y aún cuando no tendría juntqa con ningún cliente, he tapado la mirada con unos preciosos Arnette Vintage de los 70s, con el único objetivo de no sentirme observado por mi según yo párpado deforme; por lo que creo que el tema de la imagen me afecta mucho mas de lo que yo creo.
Hoy en día vivimos rodeados de un conjunto de conceptos de estética que nos agobian: cinturas imposibles para las mujeres, abdomen de hierro y brazos con el diámetro de muslos para los hombres;  rostros 100% simétricos con características híbridas entre felinos y supermanes así como otros tantos statements que tomamos como ley a la hora de valorar si alguien es guapo o no lo es. Es así como hoy a mis casi 30 años me encuentro con fobia y miedo extremo a afrontar el mundo con unos anteojos de miopía porque “afean mi aspecto”.
Es así como no me quedará otro remedio que ver el mundo a medias luces con solo un lente de contacto, o llenarme de valor y  gritar bajo el escudo protector de la rellenita Christina Aguilera: I am beatiful in every single way! Y vencer estas semanas un trauma que marcó mi infancia y adolescencia; creo que a esta edad me doy cuenta que soy mucho más que la imagen de un espejo.
Independientemente de mi futuro estético para estos días; esta experiencia del orzuelo mal nacido me ha llevado a reflexionar sobre lo agradecido que tengo que estar de haber nacido completito y aunque con algunos defectos de fábrica como la miopía, astigmatismo y una facilidad de engordar hasta del azúcar del aire; es fascinante que nunca he sufrido de discriminación o miradas por tener alguna minusvalía o problemas en mi cuerpo (salvo un derriere delicioso).
Es fácil dar por sentado las cosas, pero siempre hay que recordar y tratar de hacer algo por las personas que no fueron tan afortunadas como nosotros. 
Feliz fin de semana.

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