miércoles, 18 de mayo de 2011

New York City Boy, this is your reward day


Dedicado a MCH:  Gracias, por que contigo SALIR del closet, fue ENTRAR al paraíso.
El día de ayer celebramos el día internacional en contra de la homofobia y la transfobia en diferentes partes del mundo, incluido México. Muchísima gente promovió por Facebook, Twitter y hasta en las calles su perspectiva sobre el tema; muchos de ellos a favor, y otros en contra.
Debo confesar, que a raíz de un día que yo honestamente no sabía ni que existía, ayer en la tarde, pensaba lo diferente que es hoy en día la postura del mundo con respecto a la homosexualidad a comparación de la que me tocó vivir a mí hace más de 10 años; que fue  cuando me di cuenta que por más que quisiera tener novia y tratar de venderme la idea de que me excitaba besarle y tocarla, realmente me emocionaba más bailar a los Backstreet Boys y derretirme por Kevin o repetir las coreos de la recién lanzada Britney Spears.
Una vez aceptado el trago de que lo mío era lo gay, y superando mis propias barreras mentales impuestas por mi educación católica y específicamente Marista, recuerdo como si fuera ayer  que con mi mejor amigo planeábamos cual estrategas militares, escapadas a la única discoteca gay que había en la ciudad. Debido a que mis padres siempre han sido muy proteccionistas conmigo, cada vez era un reto más difícil inventarnos excusas para hacer sleepovers; pero debo reconocer que el simple hecho de entrar en la discoteca, ver la pista de baile llena de hombres (por mas feitos y autóctonos que fueran) vislumbrar a algunas parejas en el fondo besándose y escuchar el remix de New York City Boy, que en aquellos momentos era un hit, era la sensación de más libertad que había experimentado en toda mi vida.
Fue así como entre escapadas a la discoteca conocimos el encubierto mundo de “ambiente”, y a través del anonimato del chat supimos que habían mas “niños bien” como nosotros que sufrían de un catarro permanente que les hacía desear una polla entre sus manos.  Finalmente logramos integrar un grupo de amigos con los cuales podíamos salir no solo a la discoteca, sino a cenar, a fiestas, reuniones y aunque al principio no te negaré que los tópicos de quien es gay y quien no lo es eran predominantes, con el paso del tiempo evolucionaron como amistades para toda la vida.
Como el eterno viajero que soy, terminé por dejar mi ciudad natal y mudarme a la Universidad a Monterrey (a.k.a. MonteGay) una paradisíaca ciudad en el Norte de México, donde nadie me conocía, mis padres eran felices con mis sobresalientes en la escuela y mis múltiples actuaciones culturales y sociales, pude vivir mi vida a mi antojo, conociendo al que fue mi primer novio formal, enamorándome como idiota para luego sufrir como un doble idiota al cortar, pero a final de cuentas aprendiendo que la homosexualidad era una parte intrínseca de mi ser, no me volvía más especial ni diferente a los demás, solo una condición más, al igual que el color de mi piel, la tesitura de mi voz o mi curvilíneo trasero.
Hoy en día, las nuevas generaciones de gays,  tienen una salida del closet mucho más “llevadera” en muchísimos países, hoy en día podemos escuchar en la radio canciones que afrontan y defienden la libertad de la preferencia sexual como Born This Way de Gaga o Fuck you de Lilly Allen; o mejor aún, podemos prender la Tele y ver hasta series de TV con personajes abiertamente Gays como la mega galardonada y musical Glee o las extintas Will&Grace, Dawson`s Creek y obvio: Queer As Folk.
Aún así, como sociedad global, hay mucho camino que andar en conjunto para dejar de impresionarnos cuando Ricky Martin sale del closet (honey, ¿alguna vez estuviste dentro?) o que Bosé adopta hijos a la par que se aplica el rimmel y baila Don Diablo. Hoy en día, en países desarrollados como EUA todavía existen decenas de suicidios por el bullying que se sufre en las escuelas por no ser de la tribu heterosexual. Y peor aún,  todavía existe la impensable realidad de que todavía haya países como Sudán o Yemen con pena de muerte para los homosexuales.
Solo un gay o lesbiana sabe lo impresionantemente difícil que es poder ver a la cara a las personas que uno ama, como familia y amigos  y por un momento sentir que los “decepcionamos” por no ser “normales” y convencerles que para ser feliz, viviremos una realidad diferente a la que nos pusieron como idónea. Pero creo que tod@s los que lo hemos hecho sabemos lo maravilloso que es poder compartir con tus seres queridos  las nuevas de un ligue que tiene pinta de novio para toda la vida o que te consuelen cuando te han roto el corazón.
Creo que el día contra la homofobia y la transfobia debería de ser los 365 días al año, pero aún así es increíble tener un día en el cual recordamos a tanta gente que sufrió y llegó hasta morir por la causa de que podamos caminar por la calle de la mano de nuestra pareja, o podamos, si así lo decidimos, ser legalmente un matrimonio.
¡Feliz MidWeek!, para ti: ¿Cómo fue la salida del closet?.






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