sábado, 12 de mayo de 2012

I want you make me feel, like I´m the only boy in the world




Must Soundtrack: Rihanna.- Only Girl (In the world)

Es sábado en la noche, y me encuentro llegando a casa, con una bolsa de OXXO cargada con más de 3000 calorías en Pinguinos, Galletas Príncipe, Chocorroles y hasta un flan de dudosa procedencia. Lo gracioso es que he pasado toda la seman acorriendo 10 km al día para quemar las calorías que hoy paradójicamente me zamparé mientras veo algún chick flick del corte de Mean Girls, Legally Blond o Devil Wears Prada.
Te preguntarás que hace un Gay Hecho en México con semejantes planes para un Saturday nite, en vez de salir a cenar como de costumbre al Azul Condesa o un precopeo deli en algún bar del DF.  La respuesta inicia hace apenas unas horas; cuando despertando mi móvil anunció triunfante varios mensajes de Whatsapp. En la pantalla solo me aparecían números,  y por el saludo cordial y el “Hola Soy Alex ” supe que el mensaje no era proveniente de amigos ni mucho menos de familia,  sino de algún liguecillo que se había fraguado cibernéticamente esta semana en el Grindr.
Fue así como ante mi reposo obligado de sábado en la mañana y la carencia de programación nueva en Sony o WarnerChannel, terminé enfrascándome en una interesante conversación con un treintañero como yo, que pintaba bastante exitoso profesionalmente, familiar, bastante sexual (nótese que me sonrojo al escribir esto) con mirada pispireta y ganas de “hacerme sentir como si fuera el único chico del mundo”; al más intenso espíritu de Rihanna en concierto.
Una de las múltiples preguntas que me hizo Alex, fue que estaba buscando yo,  en un prospecto de galán. A lo cual no pude evitar enlistar una lista de atributos que para mí, ahora son indispensables, tales como que el nuevo Mr. Hendricks tendría que ser trabajador, familiar, cariñoso, guapo, con muy buena cama (así como buen equipo y buena nalga) con la capacidad de disfrutar de un museo a la par de una noche de copas hasta el amanecer,  apasionado por el viaje y la cultura, y que amara manejar, pues yo en lo personal aborrezco mover al pequeño Dorian (mi nuevo Mitsibushi Lancer Gris Platino) por las ultra-traficadas calles del DF. A todo esto mi nuevo ciber amigo me dijo que podría cumplir la mayoría de estos atributos pero que algunos no, por lo que esperaba que estuviéramos abiertos a negociación. Yo le dije que mi única expectativa para el día de hoy era hacer algo totalmente diferente y conocer otra faceta del DF.
Para no hacer el cuento largo, Alex quedó de pasar por mí a la Residencia Hendricks.  Ahí fue donde todo salió de una manera que yo no estaba listo para manejar. Porque honestamente y por más que durante más de 4 horas hablamos sobre el amor, exes, y posibles noviazgos, jamás se me ocurrió que desde que ví aparcar en mi garaje a Alex, quedara totalmente prendido a el: un tío de 1.90 m., blanco, cabello ondulado castaño claro, ojos miel enormes como de comic japonés y un jeep negro 4x4 que hizo que la pequeña hiphopera que vive dentro de mí se mojara un poco.
Fue así como pasé una tarde comprando artesanías en la hermosísima zona de San Angel en el DF, comiendo mariscos deliciosos en la plaza del “pueblo”, recibiendo una cátedra sobre las familias bien de la zona (resulta que su padre nació en San Angel) y dándome cuenta que efectivamente Alex era todo lo que yo había puesto en la lista, un apasionadísimo por su trabajo, un excelente hijo y hermano, uno de los mejores escuchas que he tenido en la vida, una sonrisa y un ángelote del tamaño del DF,  y lo mejor:  las nalgas más hermosas que he visto en un ser vivo en mucho tiempo. Terminamos la tarde disfrutando de una peli en su muy bien decorado departamento en la Colonia del Valle, acurrucados, durmiendo a ratos, platicando a otros.
En estos momentos querido lector, pensaras que Alex y un servidor nos entregamos a las más sórdidas y apasionadas experiencias sexuales, con fuegos artificiales tipo Kate Perry incluidos; pero lo cierto es que mi ciber-ligue no trató de darme un beso, lo más lejos que llegó su mano fue a mi espalda baja, y al empezar a caer la noche; ambos teníamos compromisos por lo que tuve que despedirme (sin beso hollywoodense en la puerta).  En el caminar a casa, ya que vivimos relativamente cerca y no pensaba tomar un taxi por unas cuadras, decidí mandarle un mensaje agradeciéndole la excelente tarde y la siesta tan relajante,  y proponiéndole una cena durante la semana para seguir platicando. A mi super sweet mensaje, lo único que recibí fue un: “Gracias a ti, nos mensajeamos empezando la semana y vemos como andamos de disponibilidad”.
Fue así como me di cuenta que la química en esta reacción, tristemente no fue hacia ambos lados, sino que el único que pensaba que habría un second date fui yo mismo. Por lo que aún cuando mi agenda de la noche contaba con una boda en la Hacienda Los Morales y un Cumpleaños, pasé por infinidad de carbohidratos con el único objetivo de llegar a casa y comerme mis sentimientos.
Es así como me encuentro escribiendo, mientras me acabo el primer Pingüino, pensando lo difícil que es sin duda encontrar al Príncipe Azul hoy en día, y lo peor, hacer que el susodicho Príncipe Azul se enamore de nosotros  cuando al fin lo encontremos, y no nos mande a freír espárragos luego de la primera cita.  Creo que mi ego no estaba listo para ser bateado por alguien a quien yo consideraba “excelente” partido para volverme a arriesgar a enamorarme; lo peor es que analizo mi comportamiento durante la tarde y fui super cute, super divertido, a ratos muy profundo (porque me apetecía hacerlo) y siempre escuchándolo y tratando de conocerlo más. 
Pero es aquí donde claramente compruebo que las cosas no se pueden forzar, y si no pasó a más, al menos no fue por mi parte; y saboreando esta carga de Chocolate en mi boca, no puedo dejar de pensar que aunque estoy triste porque Alex no quiso conocerme más,  al menos pasé una buena tarde, compre algunas cosas bonitas para la casa y me di oportunidad de conocer a alguien nuevo, lo cual para mí es una gran avance. A veces somos nosotros mismos los que nos trazamos murallas que nos vuelven inaccesibles para las otras personas, y que hacen que sea imposible conocer a alguien especial.
Creo que después de todo, y mientras re-leo lo que he escrito más arriba; no hay razón para quedarme en casa esta noche, creo que mejor que eso será darme una ducha caliente, vestirme para matar, perfumarme con Black Orquid de Tom Ford, y disfrutar a mis amigos y la noche. Porque lejos de amargarme porque no soy Mr. Right Amoroso para alguien más; tengo la dicha de estar rodeado de muchísimos Mr y Mirs Rights que son mis amigos y amigas, y que hacen mi vida muy especial; y si en el camino tengo que besar algunos sapos antes de encontrar al príncipe, al menos lo haré de la manera más optimista y divertida posible, y obvio, con un gin tonic Hendricks en la mano. A conquistar el sábado en la noche, como diría mi comadre Britney: till the world ends.

1 comentario:

  1. Mi querido hopeless romantic. Es que las cosas con calma, como diría la agrado, "hay que cogernos el punto" creo que lo principal, y aunque no hay reglas es como bien dices, no forzar nada, las cosas llegan en el momento que sea necesario.

    Espero que hayas tenido un gran finde y una gran semana

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